La desigualdad ambiental se define como la exposición desigual de las personas a los riesgos y peligros medioambientales. Las causas de esta desigualdad no están relacionadas exclusivamente con aspectos ecológicos, sino que están directamente relacionadas con asuntos políticos y sociales. Esto se debe a que los colectivos principalmente afectados suelen encontrarse en situaciones de pobreza y vulnerabilidad.
A continuación, te contamos más sobre las características de los barrios más afectados por la desigualdad ambiental y las posibles soluciones para poner remedio a este fenómeno.
Características de los barrios con mayor desigualdad ambiental
Al no tener libertad de elección para decidir dónde vivir, se generan barrios con mayores tasas de pobreza y con menos oportunidades de mejora y modernización. En muchas ocasiones, estos barrios suelen encontrarse abandonados por las propias instituciones gubernamentales. Por lo tanto, la desigualdad ambiental puede conllevar a la exclusión sistemática de algunas personas, empeorando su salud y su calidad de vida. Así, estas son algunas de las características de la desigualdad ambiental:
- Alta contaminación atmosférica
Provocada por la cercanía de carreteras, autopistas, fábricas y polígonos industriales.
- Escasez de zonas verdes
Aumentando las probabilidades de formación de islas de calor urbanas y exponiendo a la población a situaciones de calor intenso.
- Edificaciones precarias e insuficientes
Los edificios antiguos y poco sostenibles hacen que las condiciones de habitabilidad y accesibilidad sean más vulnerables ante temperaturas extremas, con el consiguiente efecto de pobreza energética que supone.
- Paisaje degradado y hostil
Al encontrarse en la periferia del centro histórico de la ciudad, los barrios más empobrecidos pueden estar rodeados de fábricas abandonadas, vías férreas, vertederos, almacenes… llevándolos, además, a un aislamiento físico.
- Menos atención y recursos disponibles: urbanismo desordenado y descuidado
La ausencia de intervenciones por parte del estado en el uso del espacio público y en las necesidades de la ciudadanía empeora considerablemente la calidad de vida de la población. Por ejemplo, se puede observar en la inexistencia de equipamientos para el calor (como los toldos en las calles más calurosas) o contenedores de reciclaje asequibles.
- Desinterés y falta de educación ambiental
Los problemas de desempleo, el bajo nivel educativo o los bajos ingresos son un cúmulo de desventajas que dificultan el interés ciudadano por los asuntos medioambientales, dificultando la participación individual y colectiva.
Por lo tanto, la distribución desigual de los beneficios sociales y económicos expone a las comunidades más vulnerables a condiciones ambientales adversas, al calentamiento global y al aumento de los riesgos de salud de la población, además de seguir promoviendo la exclusión social de este sector.
Soluciones a la desigualdad ambiental
Para terminar con esta desigualdad ambiental, es fundamental que los ayuntamientos y gobiernos centrales creen nuevos planes de urbanismo dirigidos a los barrios que la sufren. El objetivo es que se conviertan en barrios más sostenibles y seguros para la población.
Para ello, es necesario intervenir en cada elemento que hacen de estos barrios un lugar hostil para vivir:
- Mejorando la eficiencia energética de los edificios antiguos y promoviendo el uso de energías renovables, por ejemplo, a través de la instalación de placas solares.
- Llevando a cabo plantaciones de zonas verdes para mitigar los efectos de las islas de calor urbanas y mejorando la salud mental de los individuos.
- Renovando el urbanismo y enriqueciendo los espacios públicos para que las calles sean espacios más seguros y sostenibles.
- Diseñando e implementando planes de sensibilización y educación ambiental en la población.
- Promoviendo la participación ciudadana, por ejemplo, a través de la creación de huertos urbanos.
Reducir las desigualdades y la exclusión social debería ser uno de los principales objetivos de los poderes públicos, así como paliar los efectos de la crisis climática que, como vemos, afectan gravemente a la salud y a la calidad de vida de las personas, especialmente a aquellas más vulnerables situadas en las áreas desfavorecidas.
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